Esto le pasa a tu cuerpo cuando tienes déficit de Cobre
El cobre es un “mineral traza” esencial en la biología humana, presente en una amplia gama de alimentos que tiene varias funciones cruciales dentro del cuerpo.
Juega un papel importante en las enzimas y proteínas que aseguran el funcionamiento óptimo del sistema cardiovascular y del sistema nervioso, entre otros. También juega un rol en procesos tales como la producción de energía, la oxigenación de tejidos conectivos y previene el estrés oxidativo. A medida que envejecemos, nuestros niveles de cobre comienzan a disminuir.
El cobre juega un rol en los siguientes procesos:
- Participa en la producción de energía
- Metabolismo del hierro.
- Mejora el perfil lipídico.
- Mantiene el nivel glucémico.
- Necesario para la función antioxidante.
- Participa en la síntesis del colágeno, tejidos blandos.
- Previene envejecimiento prematuro.
- Funcionamiento de la tiroides.
- Funcionamiento del sistema inmune.
- Sistema de reproducción.
- Salud del hígado.
La dosis diaria recomendada, que es el mínimo requerido para prevenir deficiencias de minerales, es 0,9 mg a 1,3 mg al día, pero esto no considera cuántas veces una persona va al baño ya que el 15 % del cobre ingerido, se retiene en los tejidos, mientras que el 85 % restante se excreta en gran medida por la bilis y en menor cantidad por la orina.
La dosis óptima es entre 2.6 y 3 mg al día.
Deficiencia: consumir menos de 0.8 mg al día.
Deficiencias
El déficit de cobre produce:
- Trastornos del sistema digestivo, cardiovascular y óseo.
- Alteración del metabolismo óseo
- Anemia.
- Aterosclerosis.
- Daño vascular.
- Alto nivel de azúcar en la sangre.
- Hipotiroidismo.
- Sobrecarga de hierro.
- Daño en el colágeno.
- Aparición de canas.
Fuentes
Las principales fuentes de cobre en los alimentos incluyen:
- Ostras
- Porotos
- Chocolate negro
- Lentejas
- Espinacas
- Hígado (vísceras)
- Sardinas
- Carne de vacuno
- Papas
- Nueces de cajú
- Carne de pollo con piel.
- Granos integrales.